
Siempre que recibo visitas en casa, me toca hacer de guía turística por Madrid. Y la verdad es que me encanta esta faceta de mi vida. El otro día, estuve en el Tartanroof, un bar-restaurante estacional ubicado en la espectacular azotea del Círculo de Bellas Artes. Para mí, una visita imprescindible para todos aquellos que quieran disfrutar de unas espectaculares vistas de Madrid acompañados de buena gastronomía y eventos culturales.
El restaurante, a cargo del chef Javier Muñoz Calero, cambia su look y oferta gastronómica según la estación del año: Primavera y Verano funciona como Tartanroof y en Otoño e Invierno como Tartan Lodge. La propuesta del chef es ofrecer una carta basada en comida callejera de todo el mundo: comida rápida y que se toma con los dedos. Cucuruchos de croquetas semi-liquidas de jamón ibérico o de chanquetes, cebolla morada, boniato y salsa brava ó bien tacos fríos de langostinos, aguacate, chile rojo, mango con brunoise de tomate, cebolla morada y cilantro son sólo algunas de las recomendaciones de la carta de Tartanroof.
El proyecto decorativo de la azotea bar-restaurante, lleva la firma del estudio Cuarto Interior. Su equipo de diseño ha querido respetar en todo momento la arquitectura del edificio y potenciar las espectaculares vistas de Madrid. Para ello, se ha creado un proyecto efímero que simplemente posa sobre el edificio y ofrece zonas diferenciadas para cenar, comer ó incluso relajarse.
La selección de muebles y la configuración del espacio está pensada para que el visitante siempre esté mirando y disfrutando de las vistas de la ciudad. A tal fin han dispuesto gran parte del mobiliario sobre decks de madera de diferentes alturas para que el usuario siempre esté con la mirada por encima de la altura de la barandilla de la azotea. Piezas de diseños, de aire vintage e industrial, como la silla Tolix, el sillon Nido de Expormin, el sillón Lisboa de Resol y los faroles y mesas iluminadas de Vondom combinados con pérgolas cubiertas con mallas perforadas de color arena que funcionan como parasoles, contribuyen al disfrute visual del espacio.
Y por la noche la terraza cambia por completo; una iluminación suave inunda el espacio manteniendo el nivel luminoso muy bajo para que, una vez más, la vista de la ciudad sea la protagonista.
Desayunos, aperitivos, comidas, conciertos, cócteles sumados a un Madrid como telón de fondo es lo que vais a encontrar en la Azotea del Círculo de Bellas Artes. Os invito a conocer !!!
referencia fotográfica: http://www.azoteadelcirculo.com
Mi querida Ana, como madrileño y amante de mi ciudad e historia me complace muchisimo que descubras tu tambien la misma pasion que tengo yo, por esta mi ciudad.
Por otro lado decirte que desconocia este bar-restaurante y su ubicacion y gracias a ti con tu descripcion ambientada en tu manera tan sencilla, natural y profunda de enseñarnos lo que ves, parece que ya deguste su comida tan atrayente y tome una copa en este lugar que por cierto es precioso y orientando su decoracion a disfrutar de sus vistas que deben de ser sin duda preciosas.
Como siempre muchisimas gracias y chapo, un abrazo.